Tai Chi Chuan
El Tai Chi Chuan Como Drama Iniciático
El Tai Chi Chuan Como Drama Iniciático
(18va parte)
Encontrar Al Tigre
En el camino de ascenso al infinito, el guerrero va subiendo los peldaños de su propio ser interior. El primero de ellos es el dominio de su cuerpo físico, luego se enfrenta al trabajo sobre su energía, la cual se manifiesta particularmente en la respiración. El otro peldaño es el de sus emociones, luego debe entrar en los laberintos de su mente, para poder, finalmente acceder a la región espiritual.
El fuego es el símbolo de esta última etapa y el tigre es su animal arquetípico. La fuerza primordial de esta región es la voluntad, por lo cual, quien llegare a este nivel, deberá enfrentarse cara a cara con su propia voluntad.
Llega un momento en el camino de un guerrero, en donde el tigre de la voluntad sale a su encuentro para poner a prueba su temple. En este combate, inevitablemente saldrá victorioso el tigre. El único mérito del guerrero es luchar, resistir, hasta que el tigre decida que es suficiente. Luego, si considera que es pertinente, el tigre dejará que el guerrero monte sobre su lomo y lo llevará a recorrer la selva, para que experimente cómo se vive la existencia desde esta perspectiva. Con el tiempo, el guerrero tendrá la facultad de transformarse él mismo en tigre, y poner a prueba a otros buscadores que se aventuren en los abismos del espíritu.
Así es como actúa el Tao sobre el guerrero. La voluntad individual siempre será algo ínfimo respecto de la voluntad del Tao. Sólo cuando el guerrero se alinea con la voluntad del Tao es que puede realizar los actos más osados y realizar en sí mismo las transformaciones más profundas.
Cada ser humano es poco menos que una ola que se alza y vuelve a hundirse en el mar del infinito. Los actos individuales sólo adquieren su verdadero sentido cuando se realizan conscientemente en sintonía con el Tao. Sólo de esta forma, la efímera manifestación de la voluntad individual, adquiere la dimensión eterna de la voluntad universal.
El fuego es el símbolo de esta última etapa y el tigre es su animal arquetípico. La fuerza primordial de esta región es la voluntad, por lo cual, quien llegare a este nivel, deberá enfrentarse cara a cara con su propia voluntad.
Llega un momento en el camino de un guerrero, en donde el tigre de la voluntad sale a su encuentro para poner a prueba su temple. En este combate, inevitablemente saldrá victorioso el tigre. El único mérito del guerrero es luchar, resistir, hasta que el tigre decida que es suficiente. Luego, si considera que es pertinente, el tigre dejará que el guerrero monte sobre su lomo y lo llevará a recorrer la selva, para que experimente cómo se vive la existencia desde esta perspectiva. Con el tiempo, el guerrero tendrá la facultad de transformarse él mismo en tigre, y poner a prueba a otros buscadores que se aventuren en los abismos del espíritu.
Así es como actúa el Tao sobre el guerrero. La voluntad individual siempre será algo ínfimo respecto de la voluntad del Tao. Sólo cuando el guerrero se alinea con la voluntad del Tao es que puede realizar los actos más osados y realizar en sí mismo las transformaciones más profundas.
Cada ser humano es poco menos que una ola que se alza y vuelve a hundirse en el mar del infinito. Los actos individuales sólo adquieren su verdadero sentido cuando se realizan conscientemente en sintonía con el Tao. Sólo de esta forma, la efímera manifestación de la voluntad individual, adquiere la dimensión eterna de la voluntad universal.
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