Nota Biográfica
Wolfgang Amadeus Mozart
(parte 4)
Wolfgang Amadeus Mozart
(parte 4)
Luego de seguir tocando otro poco, esta vez en un pianoforte, Mozart volvió a sentarse a su escritorio para que yo pudiera continuar con mis preguntas. Segundo té de por medio, le dije:
“Me gustaría que me contara sobre su hermana, si fuera posible.”
“¡Mi querida Nannerl! Ahora nos vemos mucho más seguido de los que nos veíamos ‘allá abajo’. Podría decir millones de cosas sobre ella, y me quedaría corto. Éramos tan unidos cuando éramos niños… Inseparables, diría yo. Luego, bueno… Las cosas no fueron tan simples para ella, en parte por la época en la que vivió y en parte por sus propias decisiones…”
“¿Cómo fue la infancia de ella, desde su punto de vista?”
“Tanto la infancia de ella como la mía fueron hermosas, y ambos aprendimos música desde chicos. Eso ya es sabido. ¡Ella era hermosa hasta tocando el clave! Y su inspiración era algo que sólo ella entendía, al igual que solamente yo entendía la mía.”
“Anteriormente en nuestra charla, usted dijo que ella también había sido niña prodigio, que tenía mucho talento, pero que los cánones de la época hicieron que su desarrollo musical fuera cortado. ¿Podría contarnos más al respecto?”
Antes de contestar, su semblante cambió, respiró hondo, su sonrisa se transformó en una mueca de disgusto y levantó sus cejas, mirando hacia arriba con sus ojos.
“Imagínese, Nannerl empezó a tomar clases con mi padre a los 7 años. Su educación musical fue temprana y a medida que pasaban los años su talento innato se iba mostrando cada vez y más y más. En nuestras giras, cuando mi padre no tocaba con nosotros dos, yo tocaba el violín y ella el clave. Su sensibilidad, al sentarse a dicho instrumento, se incrementaba, era otra, siendo la misma. No podría describirlo en palabras aunque escribiera dos páginas enteras.”
“Me gustaría que me contara sobre su hermana, si fuera posible.”
“¡Mi querida Nannerl! Ahora nos vemos mucho más seguido de los que nos veíamos ‘allá abajo’. Podría decir millones de cosas sobre ella, y me quedaría corto. Éramos tan unidos cuando éramos niños… Inseparables, diría yo. Luego, bueno… Las cosas no fueron tan simples para ella, en parte por la época en la que vivió y en parte por sus propias decisiones…”
“¿Cómo fue la infancia de ella, desde su punto de vista?”
“Tanto la infancia de ella como la mía fueron hermosas, y ambos aprendimos música desde chicos. Eso ya es sabido. ¡Ella era hermosa hasta tocando el clave! Y su inspiración era algo que sólo ella entendía, al igual que solamente yo entendía la mía.”
“Anteriormente en nuestra charla, usted dijo que ella también había sido niña prodigio, que tenía mucho talento, pero que los cánones de la época hicieron que su desarrollo musical fuera cortado. ¿Podría contarnos más al respecto?”
Antes de contestar, su semblante cambió, respiró hondo, su sonrisa se transformó en una mueca de disgusto y levantó sus cejas, mirando hacia arriba con sus ojos.
“Imagínese, Nannerl empezó a tomar clases con mi padre a los 7 años. Su educación musical fue temprana y a medida que pasaban los años su talento innato se iba mostrando cada vez y más y más. En nuestras giras, cuando mi padre no tocaba con nosotros dos, yo tocaba el violín y ella el clave. Su sensibilidad, al sentarse a dicho instrumento, se incrementaba, era otra, siendo la misma. No podría describirlo en palabras aunque escribiera dos páginas enteras.”
Sonata Nº 26 en Si bemol Mayor para Violín y Pianoforte, KV 378 (KV 317d)
Partes / Movimientos
I. Allegro moderato
II. Andantino sostenuto e cantabile
III. Rondeau (Allegro)
I. Allegro moderato
II. Andantino sostenuto e cantabile
III. Rondeau (Allegro)
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