Tai Chi Chuan - "La Aguja Se Hunde En El Fondo Del Océano"

por Damián

T'ai Chi Ch'uan

La Aguja Se Hunde En El Fondo Del Océano

Ya van varias semanas de práctica. Somos en total tres alumnos, más el instructor. Cada tanto, viene alguno que otro, toma la clase y no vuelve más. O vuelve dos o tres veces y desaparece. Al parecer es algo normal. Es que cada uno tiene la práctica que le corresponde, quizás, lo que necesiten hacer esas personas es yoga, aikido, correr o ir al gimnasio. Cada cual sabe, qué es lo que necesita.
Al final de la clase vino la ronda de preguntas y mi compañero preguntó:
-De todos los movimientos que hicimos hoy, uno me llamó la atención en particular, ese que el dedo apunta hacia abajo. ¿Cómo se llama?
-Ese movimiento se llama La aguja se hunde en el fondo del océano -respondió el instructor.
- ¿Y tiene algún significado en particular?
-El significado de cada movimiento, con el tiempo se va revelando para cada uno, con una precisión matemática, respecto de las necesidades puntuales del ser, en ese momento. Sin embargo, hay también una explicación más general, más arquetípica de este movimiento. Hundir la aguja en el fondo del océano, representa el acto de profundizar en algo. Puede ser en un problema, una palabra, una película. El dedo que señala hacia abajo simboliza la profundidad. Se hunde en el suelo y llega hasta el núcleo terrestre. Este centro de la esfera es un arquetipo de la perfección, y constituye la raíz de cada cosa. Por lo tanto este movimiento es el acto de ir hacia la causa misma de las cosas. Y en una clave cosmogónica, es el principio y el fin del universo manifiesto.
Así habló, y nos quedamos pensativos. Personalmente, no me había imaginado que un movimiento tan simple, pudiera encerrar un significado tan vasto y profundo. Advertido de nuestra sorpresa, que rayaba casi el escepticismo, prosiguió:
-La profundidad de cada movimiento, no reside en lo que se puede ver. Lo exterior es mera técnica. Lo profundo es la Voluntad Interior del Espíritu. Al enfocarnos desde el Espíritu, el acto más trivial, se vuelve sagrado.
La conversación continuó hasta que cada uno decidió retornar a su hogar. Ya estaba comenzando a hacer frío.  De regreso a mi casa, iba pensando en el significado de los movimientos, y de alguna manera no podía hacerlos encajar en mi lógica habitual. Pero esto era por la sencilla razón, que su significado escapaba a la lógica racional de la vida cotidiana. Con el tiempo me iría dando cuenta, que no tenía sentido querer hacerlas encajar en algo lógico, formal, porque como el nombre de cada movimiento es un verbo, lo importante es hacerlo, y no pensarlo.