por Zedekiel
Voces
A través de los relatos de otras personas percibí que trataban de encontrar respuestas a través de una conversación íntima, en su propio ser.
Muchas veces el resultado era una larga charla que terminaba aumentando las dudas y disfrazando el hecho real, sin conducir a una salida posible.
Esto me llevó a dudar entre quienes se había establecido aquel diálogo. Entre uno mismo y su ser, o con que otra parte de si mismo había ocurrido ¡Cómo saberlo! ¡Cómo estar seguro!
El discernir no es algo fácil, pero tampoco creo que sea algo imposible de lograr.
En ocasiones muchas voces internas acuden a uno sin pedirlo y opinan como sabiendo. De dónde provienen y quien las produce, no lo se.
Es difícil saberlo, pero el resultado es que aumentan la duda, ó desvían la búsqueda hacia lugares comunes y a la vez de dudoso resultado; pues la mente es un ser muy particular. Sumamente particular, tanto que le encanta hablar, hablar y hablar haciendo perder a los seres de su propósito final y confundiéndolos…
¿Es seguro todo este planteo? ¿O es más de ese juego mental que, sólo ofrece algo que, no es lo buscado y lo realmente necesario? ¿Dónde están esa voces internas, que terminaban siempre confundiéndome, agotándome y sin encontrar la respuesta?
Todo ese cansancio me llevaba a un sitio interior… donde me hallaba en silencio… un silencio que siempre estaba allí.
Con el pasar del tiempo y las vicisitudes de la vida, denotaba intención. Esa intención comenzó a mostrar una forma de respuesta no usual. Me permitía ser orientado en mis decisiones, y a su vez me transmitía paz y serenidad.
Esa forma de expresión del silencio se había convertido en una voz confiable.
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