El Águila Como Universo
Una de las formas de representar al cosmos en su manifestación completa es la imagen del Águila. Su vuelo es el devenir mismo del universo y su cualidad de cazadora es su modus operandi. Cada conciencia de este universo entra en una relación respecto del Águila de cazador-presa. Detrás de todas las posibilidades políticas y metafísicas que tiene este universo, se oculta esta relación. Pero ésta sólo se alimenta de la parte externa de la conciencia, absorbe las experiencias que el ser tiene en los planos más densos de la realidad. En los planos menos reales de este macrocosmos.
El Águila es el universo completo manifiesto. Nada escapa a él porque él es todo. Cada ser comienza siendo parte de él de forma inconciente y, a medida que va creciendo, comienza a advertir que esta unidad se basa en una relación desigual de voluntad de poder.
El Águila es todopoderosa, mientras la conciencia está dormida, pero cuando el sueño comienza a desvanecerse, el ser despierto comienza a ponerse en igualdad de condiciones con el macrocosmos y la relación cazador-presa, que antes dejaba al ser conciencia en posición de presa, al despertar éste, la relación se invierte y el universo entero se vuelve la presa a partir de la cual el cazador puede dar caza a todas las entidades de las cuales se valía el Águila para absorber la energía conciente, y de este modo puede ir recuperando gradualmente su energía individual, y utilizarla para despertar las facultades ocultas que moran en su espíritu, y de esta forma desarrollar las herramientas necesarias para despertar definitivamente del sueño en el cual el Águila se encargó de sumir a la conciencia en el momento de encarnar en este plano dimensional.
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