Soplan Vientos De Cambio...


jueves, 12 de junio de 2014

Musicoterapia: Nota Biográfica → Wolfgang Amadeus Mozart (parte 5)


por Azrael


Nota Biográfica
  
Wolfgang Amadeus Mozart 
(parte 5)

“Cuando nos fuimos de gira por Europa con ella y mi padre, los conciertos que dábamos no hicieron más que confirmar su gran talento musical. Mi padre tocaba el violín y Nannerl y yo, el clavecín. Otras veces, yo tocaba el violín y ella el clave. Su talento innato nunca dejó de sorprender a propios y extraños, en todas las cortes y casas de familia en donde tocábamos. Sin embargo, llegó el momento en donde según mi padre y también según la “sociedad” de la época, ella “debía concentrarse en casarse, como toda mujer ya mayor de edad y de buenas costumbres”. Los gestos que Mozart hacía mientras decía esto (dicho, además, en un tono tan irónico como ácido y picaresco) no hacían más que confirmar su total desacuerdo con dicha sociedad.
“Lamentablemente, amigo, mi hermana nunca tuvo el carácter suficiente como para decirle ‘no’ a las órdenes de mi padre. No diría que su actitud era servil, pero sí del tipo ‘Sí, papá…’. Obviamente, ella en muchas ocasiones no estaba de acuerdo internamente con varias de las cosas que mi padre le sugería a modo de ‘hazlo y punto’, pero ella jamás dio un ‘no’ como respuesta. Innegablemente, eso también sucedió cuando directamente le ‘eligieron’ al hombre con quien tenía que casarse. Más allá de ser cánones de la época, a mí nunca me pareció ni remotamente justo ni adecuado. Yo siempre se lo recalcaba en las cartas que le escribía, y ella siempre me respondía que yo debía dejar de ser tan contrario a las opiniones de mi padre. Más allá de que nos queríamos inmensamente como familia, las actitudes de mi hermana y las ‘sugerencias’ de mi padre muchas veces me resultaban chocantes.”, aclara Mozart, gesticulando y marcando una línea recta imaginaria con sus manos.
“Volviendo a lo musical, es una lástima que aún no se hayan descubierto las composiciones musicales de Nannerl. Seguramente serán joyitas que cualquier museo o institución referente a lo musical querrían tener. Yo preferiría que los originales quedaran en el Mozarteum de Salzburgo, junto con los míos y los de mi hijo Franz Xaver. Es sólo cuestión de tiempo, amigo.”, asegura Mozart, reclinándose en su silla y entrelazando sus manos sobre su cinturón.
“¿Siempre fueron buenas las relaciones entre usted y su hermana?”
“Digamos que durante un tiempo la correspondencia entre nosotros fue decayendo hasta que llegó un momento en que fue nula. Fueron varios los motivos para dicha situación. Podría nombrar sólo algunos, para no aburrirlo. A ver… Cada cual tenía ya su matrimonio y su vida conyugal, la cual era suficientemente intensa como para disponer cada vez de menos tiempo para escribirnos. A esto agreguemos que Nannerl no veía con buenos ojos mi matrimonio con Constanze, por razones que cualquiera que haya leído mi biografía o parte de ella, puede saber, ¡ja, ja! Como yo no me quedaba atrás, le criticaba el hecho de que se haya casado con alguien que le habían impuesto. Estas idas y vueltas, entre otras cosas, fueron haciendo que el intercambio epistolar entre nosotros vaya mermando hasta el punto de desaparecer. Mucho más adelante en el tiempo, cuando estaba yo cerca de mi muerte, todo eso comenzó a fluir nuevamente, y la alegría volvió a brotar de nuestros corazones.“

 

Sonata De Iglesia Nº 1 en Mi bemol Mayor
para 2 Violines, Órgano y Bajo Continuo, KV 67/41h

Partes / Movimientos

I. Andante (o Andantino)


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Su comentario es apreciado. Muchas gracias.

Buscar en este blog