Sueños
Los Mercenarios
Estamos en el mar. Hay un clima de escepticismo en la nave. La tripulación se formula problemas existenciales. Comen manzanas y miran al espacio. Una gran tormenta azota las aguas del océano. Relámpagos gigantescos iluminan la noche, y los truenos se oyen sordos tras las paredes de la nave madre. Alguien baja de la escalera y trae noticias:
- ¡Bajamos una nave más! ¡La victoria es nuestra!
No entiendo bien qué sucede. Con un grupo de compañeros subimos la escalera y vamos a la terraza. Es entonces cuando descubro que estamos en el espacio exterior rodeados de estrellas. Una gran batalla se libra afuera, las naves entran y salen. Los relámpagos eran los rayos de las naves y los truenos la explosiones. Miro a mi alrededor y a mí mismo y me descubro como un piloto más de las naves, pero por alguna razón no entramos en combate, sino que sólo observamos. Todos estamos presos de un extraño fastidio, un desagradable malestar en el estómago.
La realidad es que estamos combatiendo con un pequeño ejército de principiantes. Más que un combate es una masacre, sus tropas no tienen nada que hacer frente a las nuestras. Incluso creo que han querido rendirse, pero alguien entre nosotros ha filtrado esta información...
Al final todos están contentos, festejando “La gran victoria”. Sólo un pequeño grupo estamos serios e incómodos con el resultado de esta batalla. No hay nada que festejar. Matar a un niño no es propio de un verdadero guerrero.
Todos llegan y son premiados. El General saca de una fuente de agua las insignias que premian al valor en combate y las va colocando en las chaquetas de los pilotos a medida que van llegando. Todo es patético, se otorgan insignias como si fueran de juguete, como si todo fuera un juego.
El General es el enemigo, dentro de un tiempo reclamará nuestras cabezas... Es la primera vez que advierto esta farsa de la cual he sido protagonista no mucho tiempo atrás. Pero terminó. Una batalla no es un juego de poder para ganar prestigio personal, el guerrero lucha para defender la vida de los suyos, no para masacrar a pueblos indefensos. Esos no son guerreros, son mercenarios...
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