Soplan Vientos De Cambio...


miércoles, 31 de julio de 2013

Cartas: “El Honor”

por Uriel

“Poemas y Cartas de Amor Sabiduría
Para una Justa Orientación en la Vida”

6ta. Carta:
“El Honor”

(A Mis Hijos Alan y Magalí)


(extraído del libro "Desde Lo Oculto", Título II: "A Mis Hijos")


¡El Honor! Alguna vez, y en serio, nos hemos preguntado ¿qué es el honor? O bien ¿qué significa tener o poseer honor? Y asimismo ¿Qué es ser una persona honorable? ¡Ah! Otra pregunta más ¿hay distintas clases de honor? Por qué hago esta pregunta. Porque muchas veces he escuchado decir que existen distintos grados de honorabilidad. Podrá ser cierto o no. Habrá que investigarlo, comprobarlo y tener la experiencia necesaria; el cómo, tampoco lo sé.
Tener honor es sinónimo de sinceridad, honestidad, respeto y también de responsabilidad; “sine qua non”; es la cualidad de mayor grado a la que todo hombre, en su género neutro, puede alcanzar o aspirar a, tener en su existencia.
Es también sinónimo de ser transparente, íntegro, no sólo en la faz personal, sino, también, en lo emocional, en lo mental y en lo espiritual.
El honor es una cualidad innata en el ser humano que, debe ser cuidada igual que una planta o un árbol. También debe ser regada y alimentada con valores éticos y morales, para que crezca derecha y sea corregida en su trayectoria, todas las veces que fuese necesario; aunque muchas de ellas, sea a través del dolor, en mayor o en menor grado.
El honor es como el amor franco, va de frente. No es egoísta, dado que es capaz de brindar la vida por una causa justa y honorable.
El honor es también, sinónimo de confianza; de conocimiento; de dolor y de sabiduría. Asimismo trasciende dichos aspectos y los contiene desde un punto tangencial. El honor es espejo de nuestro ser interior, de nuestra conciencia, nuestra alma y espíritu.
No alcanza con una vida para tener honor y ser una persona honorable. Si bien él nace con uno mismo, es uno mismo quien debe ir en busca de él, cultivarlo y  mantenerlo, sin caer en la trampa del orgullo y la vanidad. No se es más ni menos honorable, por ser justo o injusto; o bien por ser más o menos valiente; o bueno o malo ante lascircunstancias negativas de la vida.
Tener honor es saber enfrentar la verdad y la mentira por igual; es saber ceder el paso a la victoria, reconociendo la derrota, o bien darle paso a la derrota, dejando que la victoria sonría.
Tener honor es conocer el dolor, reconocer la falta del amor y la falta de conciencia.
Tener honor es un acto de humildad que, no se anda gritando a los cuatro vientos, sino, que se va sembrando y cosechando a la vez, a lo largo de la vida.
Tener honor es reconocer nuestras falencias; nuestros errores; nuestros actos de cobardía; nuestras actitudes egoístas y nuestra falta de sinceridad con uno mismo y con los demás.
También se puede tener, “honor”, a la hora de la muerte, de la forma que fuese; siempre y cuando hayamos reconocido, internamente, con honestidad y sinceridad, nuestras actitudes más desagradables.
Sólo así podremos decir alguna vez en la vida que, somos “hombres de honor”, o bien seres honorables de digno respeto. Porque el honor es “ciego” como el amor y a la vez, íntegro, franco y transparente; tan firme como una roca y frágil como el más fino cristal que, si no se lo cuida de las necias y sucias trampas de la vida misma, puede romperse y desaparecer en mil pedazos.
Por último, me queda por decirles que el adjetivo Honor es sinónimo de Caballerosidad, lleno de un profundo sentido romántico.
 

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