“Poemas y Cartas de Amor Sabiduría
Para una Justa Orientación en la Vida”
6ta. Carta:
“El Honor”
Para una Justa Orientación en la Vida”
6ta. Carta:
“El Honor”
(A Mis Hijos Alan y Magalí)
(extraído del libro "Desde Lo Oculto", Título II: "A Mis Hijos")

Tener honor es sinónimo de sinceridad, honestidad, respeto y también de responsabilidad; “sine qua non”; es la cualidad de mayor grado a la que todo hombre, en su género neutro, puede alcanzar o aspirar a, tener en su existencia.
Es también sinónimo de ser transparente, íntegro, no sólo en la faz personal, sino, también, en lo emocional, en lo mental y en lo espiritual.
El honor es una cualidad innata en el ser humano que, debe ser cuidada igual que una planta o un árbol. También debe ser regada y alimentada con valores éticos y morales, para que crezca derecha y sea corregida en su trayectoria, todas las veces que fuese necesario; aunque muchas de ellas, sea a través del dolor, en mayor o en menor grado.
El honor es como el amor franco, va de frente. No es egoísta, dado que es capaz de brindar la vida por una causa justa y honorable.
El honor es también, sinónimo de confianza; de conocimiento; de dolor y de sabiduría. Asimismo trasciende dichos aspectos y los contiene desde un punto tangencial. El honor es espejo de nuestro ser interior, de nuestra conciencia, nuestra alma y espíritu.
No alcanza con una vida para tener honor y ser una persona honorable. Si bien él nace con uno mismo, es uno mismo quien debe ir en busca de él, cultivarlo y mantenerlo, sin caer en la trampa del orgullo y la vanidad. No se es más ni menos honorable, por ser justo o injusto; o bien por ser más o menos valiente; o bueno o malo ante lascircunstancias negativas de la vida.
Tener honor es saber enfrentar la verdad y la mentira por igual; es saber ceder el paso a la victoria, reconociendo la derrota, o bien darle paso a la derrota, dejando que la victoria sonría.
Tener honor es conocer el dolor, reconocer la falta del amor y la falta de conciencia.
Tener honor es un acto de humildad que, no se anda gritando a los cuatro vientos, sino, que se va sembrando y cosechando a la vez, a lo largo de la vida.
Tener honor es reconocer nuestras falencias; nuestros errores; nuestros actos de cobardía; nuestras actitudes egoístas y nuestra falta de sinceridad con uno mismo y con los demás.
También se puede tener, “honor”, a la hora de la muerte, de la forma que fuese; siempre y cuando hayamos reconocido, internamente, con honestidad y sinceridad, nuestras actitudes más desagradables.
Sólo así podremos decir alguna vez en la vida que, somos “hombres de honor”, o bien seres honorables de digno respeto. Porque el honor es “ciego” como el amor y a la vez, íntegro, franco y transparente; tan firme como una roca y frágil como el más fino cristal que, si no se lo cuida de las necias y sucias trampas de la vida misma, puede romperse y desaparecer en mil pedazos.
Por último, me queda por decirles que el adjetivo Honor es sinónimo de Caballerosidad, lleno de un profundo sentido romántico.
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