por Zedekiel
Dhammapada
Consejos Del Buddha
Capítulo XXI
Miscelánea
Si un Ser ha encontrado su propósito de vida, sería recomendable que empezara a dar pequeños pasos, hacia su objetivo.
El odio llena gota a gota un vaso hasta colmarlo de odio. Al rebalsar, ayuda a llenar otros vasos de odio. Este accionar nunca traerá aparejada felicidad ni alegría: sólo aportará más odio.
Se descuida lo que debería ser hecho; lo que no debería ser hecho, forma parte importante de nuestras vidas. Los deseos personales en los Seres, siempre buscan incrementarse: necesitan sobrevivir a toda costa.
Aquellos Seres que permanecen vigilantes de sí mismos, desde sí mismos en este mundo concreto, y están atentos a la necesidad, cumpliéndola como deber natural, y no cejan en el esfuerzo, no perciben la influencia de sus deseos personales, ni son manejados por ellos.
Un Ser, en su conciencia espiritual, no sufre daño al dejar atrás a toda una familia, ni al cumplir con su deber de soldado y ejecutar a las huestes enemigas junto con su comandante y destrozar, a su rey.
Un Ser, en su conciencia espiritual, no sufre daño al dejar atrás a toda una familia, tampoco al cumplir con su deber, en legítima defensa, al eliminar a los gobernantes de un reino, para hacer respetar la soberanía de un pueblo, si así lo considerara justo, y a un Ser ilustre desleal a su investidura.
Aquellos que van en busca de su luz interior, están siempre atentos a la voz de su silencioso consejero: él siempre vela en sus vidas.
Aquellos que van en busca de su luz interior, están siempre atentos a la voz de su silencioso consejero, cuyo sabio decir, los orienta de acuerdo a lo necesario, la ley que a ambos entrelaza desde el principio de los tiempos, guiándolos hacia la eternidad, siempre presente en el aquí y ahora.
Aquellos que van en busca de su luz interior, están siempre atentos a la voz de su silencioso consejero, y contenidos en su sagrado templo interior.
Aquellos que van en busca de su luz interior, están siempre atentos a la voz de su silencioso consejero, a la par que nunca descuidan su cuerpo, siendo éste tan sagrado como su espíritu.
Aquellos que van en busca de su luz interior, están siempre atentos a la voz de su silencioso consejero y su conciencia se mantiene enfocada en actitudes justas y compasivas.
Aquellos que van en busca de su luz interior, están siempre atentos a la voz de su silencioso consejero y su conciencia se mantiene enfocada, meditativa y concretamente, en su aquí y ahora atemporal.
Es difícil mantenerse en el mundo siendo Uno Mismo, sin despreciar la alegría que el mundo nos ofrece en su manifestación; no es simple ser leal a las necesarias leyes de la interioridad y compartir con los demás, nuestra vida, también de acuerdo a su necesidad, el servicio necesario y la hermandad real.
Aquel que ha encontrado su sitial y que, consecuentemente, respeta el de los demás en las relaciones humanas y con los demás reinos, despierta respeto por el mismo respeto, que él se brinda a sí mismo y a los demás.
Los Seres justos son percibidos en la multitud; los Seres injustos son evitados por el alma pura de las multitudes.
Sólo aquel que permanece solitario, velando desde su templo interior, disfrutando de la paz que en él reina, puede compartir con otros esa armonía, que no conoce de limitaciones.