Reflexiones
Haga... No Piense.
¡Qué frase!... ¡Qué título!...
Una frase que aparentemente sería fácil de entender, de comprender, de aplicar; pero no lo es.
También es una frase que puede decir mucho y al mismo tiempo no decir nada, sólo expresa algo que realizamos cotidianamente, pero al revés, porque para “hacer, necesitamos pensar”.
Mas mi propuesta, en esta ocasión, es plantearla de otra forma; dado que la misma encierra en su “todo” un nuevo pensamiento filosófico.
Pero, ¿tiene algún origen esta frase?... ¿fue alguien que lo dijo por decir algo?... ¿algún filósofo callejero fue quien la expresó y otro la hizo suya propia?...
En verdad les digo que sí, que fue alguien, no tan importante, ni famoso; se trata de un ser que, cuya experiencia de vida real y concreta lo condujo a esta conclusión y que con ella ha contribuido a la evolución de la “Humanidad”.
Entonces ¿de qué modo puede contribuir esta frase o pensamiento a la evolución del “ser conciente humano”?
Desde mi punto de vista y en base a mi propia experiencia de vida, contribuye en muchos aspectos y órdenes de la vida; desde lo real, material y concreto hasta lo más abstracto y espiritual que pueda existir o se pueda percibir; en lo personal, en lo individual y espiritual de cada “ser conciente” y por ende en lo grupal y colectivo.
La mente humana se rige por el pensamiento y la razón, para realizar o hacer lo que a diario llevamos a la práctica, o sea, un hecho concreto.
Pero, muchas veces, aunque parezca mentira, nuestra mente es una máquina de fabricar pensamientos, llegando a una concreción, “cero”; convirtiéndose así en nuestro peor y más aguerrido enemigo, porque sólo pensamos, sin “hacer”; pudiendo llegar a un estado de locura o a la pérdida del rumbo total de nuestras vidas, o enredándonos en sus laberintos sin salida, poco creíbles; poco confiables y muchas veces siniestros.
Lo único que nos queda es “hacer”, lo que sea, como sea, mucho o poco o casi nada.
Es por eso que, mis queridos lectores, tómense su tiempo de descanso, entre tarea y tarea, entre jornada y jornada; que no está nada mal; como tampoco deje de planificar lo que quiere llevar a cabo; aunque así no sea, porque todo se ira concretando en tiempo y forma; en el momento que tenga que “ser”, ni antes ni después.
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