Tai Chi Chuan
El Tai Chi Chuan Como Drama Iniciático
(1ra parte)
El camino de la iniciación, a lo largo de la historia, ha sido visto de diferentes maneras. Sin entrar en detalles acerca de lo que han opinado otros de este camino, me limitaré simplemente a exponer uno de los posibles significados que adquiere dentro de la forma completa del Tai Chi Chuan.
Lo primero que es necesario saber es que el Tai Chi Chuan, además de ser una técnica de arte marcial, es ante todo una filosofía, y una fábula, una secuencia de acciones que cuenta una historia. En esta historia está cifrado el significado iniciático y esotérico del Tai Chi Chuan.
Pero antes de entrar en este significado oculto, es necesario detenerse en un concepto esencial sin el cual es imposible entender el resto. Este concepto es la muerte. Es necesario morir y renacer para conocer el verdadero significado del Tai Chi Chuan. Pero la muerte en este caso, no representa el fin de la vida, sino su transformación. Esto que, dicho así, es simple, en la vida diaria vemos que no es tan simple. Pero la realidad es que después de la muerte física hay otra forma de vida, por eso los antiguos veían en el sueño la imagen de la muerte, porque durante el sueño hay una especie de vida onírica, y luego, al despertarnos, volvemos otra vez a nuestra vida cotidiana.
Llevado al plano transmigratorio, el sueño sería la muerte y el despertar sería la nueva encarnación. Este proceso transmigratorio se da hasta que finalmente entramos en un ciclo mayor de muertes y renacimientos, de sueños y vigilias, del cual nos volvemos parte. Este nuevo ciclo es diferente, pero analógico, porque tal como es arriba, es abajo. Para poder ver los grandes ciclos, es necesario mirar los pequeños ciclos, porque cada rama del árbol, es un árbol en miniatura.
De modo que cuando en las antiguas filosofías se habla de morir y renacer, simplemente se hace alusión a ser conscientes del cambio permanente que experimenta la conciencia en este plano terrenal. Si somos observadores detallados de esta realidad advertiremos que este permanente cambio hace que uno nunca sea el mismo. Hay una permanencia relativa que muta imperceptiblemente. Morir es simplemente eso: cambiar. Ni más, ni menos.
El primer cambio que sufrimos es el del día y la noche, lo cual nos coloca en situación de sueño y vigilia. El segundo cambio necesario en nuestra existencia es el de la encarnación y desencarnación, lo cual nos coloca en situación de vivir con una personalidad, pasar por el estado intermedio entre encarnación y encarnación, y volver a encarnar con otra personalidad. Este es el ciclo que la naturaleza nos hace experimentar de forma necesaria. Pero hay otro ciclo que nos es propio, porque depende de nuestra voluntad. Este último es el que damos inicio en el Tai Chi Chuan.
Hay tres niveles de conciencia: el personal, el individual y el superior. El primero nos es dado espontáneamente; alcanzar los otros dos depende de nosotros. El pasaje de un estado de conciencia a otro representa una muerte, porque dejamos algo, para pasar a tener otra cosa. Nos despojamos de nuestros viejos valores para pasar a tener otros valores, más universales. La imagen de esta transformación esta dada por la serpiente que cambia la piel. Deja la piel vieja de la antigua vida y toma un nuevo ropaje. Alcanzar el nivel superior también implica esta muerte, este cambio de piel.
Dentro del Tai Chi Chuan, estos tres niveles de conciencia están representados por sus tres partes: la Tierra, el Ser Humano y el Cielo. De modo que “morir” en Tai Chi Chuan, significa “cambiar de estado de conciencia”.
La realidad esotérica es oculta, no porque realmente no esté a la vista, sino porque es tan cotidiana que pocos pueden verla.
Lo primero que es necesario saber es que el Tai Chi Chuan, además de ser una técnica de arte marcial, es ante todo una filosofía, y una fábula, una secuencia de acciones que cuenta una historia. En esta historia está cifrado el significado iniciático y esotérico del Tai Chi Chuan.
Pero antes de entrar en este significado oculto, es necesario detenerse en un concepto esencial sin el cual es imposible entender el resto. Este concepto es la muerte. Es necesario morir y renacer para conocer el verdadero significado del Tai Chi Chuan. Pero la muerte en este caso, no representa el fin de la vida, sino su transformación. Esto que, dicho así, es simple, en la vida diaria vemos que no es tan simple. Pero la realidad es que después de la muerte física hay otra forma de vida, por eso los antiguos veían en el sueño la imagen de la muerte, porque durante el sueño hay una especie de vida onírica, y luego, al despertarnos, volvemos otra vez a nuestra vida cotidiana.
Llevado al plano transmigratorio, el sueño sería la muerte y el despertar sería la nueva encarnación. Este proceso transmigratorio se da hasta que finalmente entramos en un ciclo mayor de muertes y renacimientos, de sueños y vigilias, del cual nos volvemos parte. Este nuevo ciclo es diferente, pero analógico, porque tal como es arriba, es abajo. Para poder ver los grandes ciclos, es necesario mirar los pequeños ciclos, porque cada rama del árbol, es un árbol en miniatura.
De modo que cuando en las antiguas filosofías se habla de morir y renacer, simplemente se hace alusión a ser conscientes del cambio permanente que experimenta la conciencia en este plano terrenal. Si somos observadores detallados de esta realidad advertiremos que este permanente cambio hace que uno nunca sea el mismo. Hay una permanencia relativa que muta imperceptiblemente. Morir es simplemente eso: cambiar. Ni más, ni menos.
El primer cambio que sufrimos es el del día y la noche, lo cual nos coloca en situación de sueño y vigilia. El segundo cambio necesario en nuestra existencia es el de la encarnación y desencarnación, lo cual nos coloca en situación de vivir con una personalidad, pasar por el estado intermedio entre encarnación y encarnación, y volver a encarnar con otra personalidad. Este es el ciclo que la naturaleza nos hace experimentar de forma necesaria. Pero hay otro ciclo que nos es propio, porque depende de nuestra voluntad. Este último es el que damos inicio en el Tai Chi Chuan.
Hay tres niveles de conciencia: el personal, el individual y el superior. El primero nos es dado espontáneamente; alcanzar los otros dos depende de nosotros. El pasaje de un estado de conciencia a otro representa una muerte, porque dejamos algo, para pasar a tener otra cosa. Nos despojamos de nuestros viejos valores para pasar a tener otros valores, más universales. La imagen de esta transformación esta dada por la serpiente que cambia la piel. Deja la piel vieja de la antigua vida y toma un nuevo ropaje. Alcanzar el nivel superior también implica esta muerte, este cambio de piel.
Dentro del Tai Chi Chuan, estos tres niveles de conciencia están representados por sus tres partes: la Tierra, el Ser Humano y el Cielo. De modo que “morir” en Tai Chi Chuan, significa “cambiar de estado de conciencia”.
La realidad esotérica es oculta, no porque realmente no esté a la vista, sino porque es tan cotidiana que pocos pueden verla.
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