Reportaje Profesora Ingrid
(2da parte)
Hace mucho tiempo que me debía a mi mismo, un rato de ocio en mis tareas cotidianas, por eso decidí llevar a cabo este pequeño reportaje a quien fuera mi mentora y educadora en el mundo esotérico y espiritual, en el que me hallo trabajando actualmente.
De la misma manera en que realicé mis anteriores reportajes, cierro los ojos lentamente, sin dejarme llevar por la emoción del momento, a la vez que trato de visualizar en mi mente, la correcta figura de mi profesora.
Me siento raro, alarmado, mi corazón se estremece y percibo la presencia de una entidad fortísima, me doy cuenta de que su “Ser conciencia” está aquí.
Uriel: ¡Muy buenas tardes, Profesora Ingrid! - Con su típico acento extranjero me responde-
Profesora Ingrid: Aquí donde me hallo, estoy bien. ¿Qué es lo que ud. desea saber de mí?
Uriel: Nada nuevo, ni nada que se desconozca.
Profesora Ingrid: ¿Y entonces, qué?
Uriel: Sencillamente dar a conocer al mundo su figura y en qué ha contribuido, con su conocimiento, para la evolución de la humanidad. ¿Puede ser?
Profesora Ingrid: Sin duda alguna.
Uriel: Para… ponerle un poco de clima… ¿cómo ve ud. la evolución humana actualmente?
Profesora Ingrid: Ni bien, ni mal. Hay quienes van tomando conciencia sobre de qué se trata esto; pero una gran mayoría vive atada a un pasado ya marchito y decadente.
Uriel: En cuanto a la misión que se está llevando adelante, desde “Sursudeste. Una Ventana Desde El Espíritu”, ¿Cuál es su opinión?
Profesora Ingrid: La noto bien encaminada, a pesar de lo mucho que cuesta realizarla.
Uriel: Yendo hacia el pasado, de estar ud. aquí en el presente, ¿qué directivas o iniciativas tomaría?
Profesora Ingrid: ¿En cuanto a qué?
Uriel: A la obra que estamos llevando a cabo actualmente.
Profesora Ingrid: Directivas ninguna, en cuanto a iniciativas... y… serían muchas. Por un lado contribuiría con material escrito de mi propiedad para su revista, como también todo aquello que posibilitara llevar a cabo las distintas publicaciones que están realizando.
Uriel: ¿Cuáles serían sus funciones hoy en día en su instituto?
Profesora Ingrid: Quizás ejercería en forma indirecta la dirección y trataría de que sólo ingresaran aquellos que tuviesen vocación de “ser”.
Uriel: ¿Qué fue lo que más le costó y dolió a lo largo de su vida?
Profesora Ingrid: Ante todo renunciar a una vida normal, común; como también asumir la misión y los objetivos que debía alcanzar. La responsabilidad de ser una guía espiritual requiere de un “Ser integro y transparente”, aun cuando se deba imponer respeto, siendo totalmente impersonal. Lo que más me costó fue enfrentar a mis padres, a mi familia; fue tan duro para ellos como para mí; a tal punto de quedarme en la calle, sin nada, con lo puesto únicamente…
Uriel: Y luego, ¿qué?...
Profesora Ingrid: No me fue fácil, ni antes, ni después…Todo lo conseguí por mi misma, tanto en lo material, como lo hecho en mi antigua profesión… y por supuesto en mi misión espiritual.
Uriel: ¿Puede decirse, en todo sentido que hizo lo que tenía que hacer?
Profesora Ingrid: Verdaderamente, sí. Y me siento digna de ello.
Uriel: ¿Hubo dolor?
Profesora Ingrid: Más de lo pensado. Costó tiempo sanar… También me quedaron cosas por hacer; asimismo puse toda mi energía al servicio de esta causa, con Amor y Lealtad.
Uriel: La entiendo perfectamente. ¿Qué es lo que más le satisfizo?
Profesora Ingrid: Ayudar a despertar la conciencia de mis estudiantes y de todos mis consultantes.
Uriel: En el aquí y ahora, ¿qué le satisface?
Profesora Ingrid: Que la misión y la causa continúan, y están intactas; en un mismo sentido, hacía adelante. Y que en quienes confié no me han defraudado, aun cuando vivía.
-Ante su respuesta me quedé perplejo, casi sin aliento. Su marcada contundencia a cada una de ellas, me hizo pensar y variar las preguntas y comentarios que sobrevinieron-
Uriel: En este ping pong de preguntas y repuestas, ¿qué es lo más le asombra?
Profesora Ingrid: Lo que yo he significado para ud.
¡Ahora sí que se me dio vuelta la taba! – pensé – Ante semejante respuesta me quedé atontado y respondí que, al comienzo de la nota, haría mis comentarios al respecto.
Uriel: ¿Qué significó Zedekiel para ud?
Profesora Ingrid: Un gran compañero. Un hombre en todo sentido. El Ser que supo ponerle valor espiritual a mi vida… y muchas otras cosas más, que él ya sabe.
Uriel: ¿Considera que fue su pareja complementaria y dual?
Profesora Ingrid: ¡Por supuesto que si!... ¡Y mucho más!...
Uriel: De los cientos de alumnos que ud. formó, ¿recibió lo que esperaba?
Profesora Ingrid: De muchos, sí; pero de la gran mayoría… hummm...…
Uriel: ¿Puedo ser molesto, fastidioso e incisivo?
-Con una seria sonrisa, me respondió.
Profesora Ingrid: Sí, puede…
Uriel: Si tuviese la oportunidad de estar aquí nuevamente, ¿Volvería a llevar a cabo una misión de índole espiritual como ésta?
Profesora Ingrid: Puede ser… no lo sé. Lo cual no significa que no la haría… Tendría que ser algo muy puntual y con claros objetivos, ya que el mundo está muy atado a conceptos materiales y concretos. Además, las presiones de este mundo son fortísimas… Pero siempre estaré dispuesta para ello…¿Y ud?
Uriel: ¡Vaya pregunta que me hace!...
De repente, las nubes se despejaron, el sol comenzó a brillar a través de la ventana de mi oficina y una vez más, a estar en mí mismo.
Me siento satisfecho, alegre y sumamente emocionado, pero sobre todo muy tranquilo; sólo me falta brindar a conocer quien fue este digno Ser.
Era una tarea que tenía en deuda.
De la misma manera en que realicé mis anteriores reportajes, cierro los ojos lentamente, sin dejarme llevar por la emoción del momento, a la vez que trato de visualizar en mi mente, la correcta figura de mi profesora.
Me siento raro, alarmado, mi corazón se estremece y percibo la presencia de una entidad fortísima, me doy cuenta de que su “Ser conciencia” está aquí.
Uriel: ¡Muy buenas tardes, Profesora Ingrid! - Con su típico acento extranjero me responde-
Profesora Ingrid: Aquí donde me hallo, estoy bien. ¿Qué es lo que ud. desea saber de mí?
Uriel: Nada nuevo, ni nada que se desconozca.
Profesora Ingrid: ¿Y entonces, qué?
Uriel: Sencillamente dar a conocer al mundo su figura y en qué ha contribuido, con su conocimiento, para la evolución de la humanidad. ¿Puede ser?
Profesora Ingrid: Sin duda alguna.
Uriel: Para… ponerle un poco de clima… ¿cómo ve ud. la evolución humana actualmente?
Profesora Ingrid: Ni bien, ni mal. Hay quienes van tomando conciencia sobre de qué se trata esto; pero una gran mayoría vive atada a un pasado ya marchito y decadente.
Uriel: En cuanto a la misión que se está llevando adelante, desde “Sursudeste. Una Ventana Desde El Espíritu”, ¿Cuál es su opinión?
Profesora Ingrid: La noto bien encaminada, a pesar de lo mucho que cuesta realizarla.
Uriel: Yendo hacia el pasado, de estar ud. aquí en el presente, ¿qué directivas o iniciativas tomaría?
Profesora Ingrid: ¿En cuanto a qué?
Uriel: A la obra que estamos llevando a cabo actualmente.
Profesora Ingrid: Directivas ninguna, en cuanto a iniciativas... y… serían muchas. Por un lado contribuiría con material escrito de mi propiedad para su revista, como también todo aquello que posibilitara llevar a cabo las distintas publicaciones que están realizando.
Uriel: ¿Cuáles serían sus funciones hoy en día en su instituto?
Profesora Ingrid: Quizás ejercería en forma indirecta la dirección y trataría de que sólo ingresaran aquellos que tuviesen vocación de “ser”.
Uriel: ¿Qué fue lo que más le costó y dolió a lo largo de su vida?
Profesora Ingrid: Ante todo renunciar a una vida normal, común; como también asumir la misión y los objetivos que debía alcanzar. La responsabilidad de ser una guía espiritual requiere de un “Ser integro y transparente”, aun cuando se deba imponer respeto, siendo totalmente impersonal. Lo que más me costó fue enfrentar a mis padres, a mi familia; fue tan duro para ellos como para mí; a tal punto de quedarme en la calle, sin nada, con lo puesto únicamente…
Uriel: Y luego, ¿qué?...
Profesora Ingrid: No me fue fácil, ni antes, ni después…Todo lo conseguí por mi misma, tanto en lo material, como lo hecho en mi antigua profesión… y por supuesto en mi misión espiritual.
Uriel: ¿Puede decirse, en todo sentido que hizo lo que tenía que hacer?
Profesora Ingrid: Verdaderamente, sí. Y me siento digna de ello.
Uriel: ¿Hubo dolor?
Profesora Ingrid: Más de lo pensado. Costó tiempo sanar… También me quedaron cosas por hacer; asimismo puse toda mi energía al servicio de esta causa, con Amor y Lealtad.
Uriel: La entiendo perfectamente. ¿Qué es lo que más le satisfizo?
Profesora Ingrid: Ayudar a despertar la conciencia de mis estudiantes y de todos mis consultantes.
Uriel: En el aquí y ahora, ¿qué le satisface?
Profesora Ingrid: Que la misión y la causa continúan, y están intactas; en un mismo sentido, hacía adelante. Y que en quienes confié no me han defraudado, aun cuando vivía.
-Ante su respuesta me quedé perplejo, casi sin aliento. Su marcada contundencia a cada una de ellas, me hizo pensar y variar las preguntas y comentarios que sobrevinieron-
Uriel: En este ping pong de preguntas y repuestas, ¿qué es lo más le asombra?
Profesora Ingrid: Lo que yo he significado para ud.
¡Ahora sí que se me dio vuelta la taba! – pensé – Ante semejante respuesta me quedé atontado y respondí que, al comienzo de la nota, haría mis comentarios al respecto.
Uriel: ¿Qué significó Zedekiel para ud?
Profesora Ingrid: Un gran compañero. Un hombre en todo sentido. El Ser que supo ponerle valor espiritual a mi vida… y muchas otras cosas más, que él ya sabe.
Uriel: ¿Considera que fue su pareja complementaria y dual?
Profesora Ingrid: ¡Por supuesto que si!... ¡Y mucho más!...
Uriel: De los cientos de alumnos que ud. formó, ¿recibió lo que esperaba?
Profesora Ingrid: De muchos, sí; pero de la gran mayoría… hummm...…
Uriel: ¿Puedo ser molesto, fastidioso e incisivo?
-Con una seria sonrisa, me respondió.
Profesora Ingrid: Sí, puede…
Uriel: Si tuviese la oportunidad de estar aquí nuevamente, ¿Volvería a llevar a cabo una misión de índole espiritual como ésta?
Profesora Ingrid: Puede ser… no lo sé. Lo cual no significa que no la haría… Tendría que ser algo muy puntual y con claros objetivos, ya que el mundo está muy atado a conceptos materiales y concretos. Además, las presiones de este mundo son fortísimas… Pero siempre estaré dispuesta para ello…¿Y ud?
Uriel: ¡Vaya pregunta que me hace!...
De repente, las nubes se despejaron, el sol comenzó a brillar a través de la ventana de mi oficina y una vez más, a estar en mí mismo.
Me siento satisfecho, alegre y sumamente emocionado, pero sobre todo muy tranquilo; sólo me falta brindar a conocer quien fue este digno Ser.
Era una tarea que tenía en deuda.
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