Tai Chi Chuan
Un Arte Solar

Pero esto es algo natural, porque el Sol no se propone quemar a quien se acerque, sino que simplemente lo quema por su naturaleza solar. Y del mismo modo el practicante de Tai Chi Chuan no se propone quemar a quien se acerque demasiado, sino que esto sucede como un proceso más del equilibrio universal.
Por otro lado, gracias a que el Sol mantiene una distancia justa con la tierra, es que sus rayos permiten la vida aquí. Del mismo modo el calor y la luz de un practicante de Tai Chi Chuan, genera la vitalidad del ser interior, que puede expresarse en las acciones cotidianas. Y aun puede llegar a estimular la salud de los que lo rodean gracias al calor y la luz que irradia.
Todos estos procesos se dan naturalmente en el practicante, no porque los busca, sino simplemente porque al abandonarse al silencio interior, la gran fuente de donde manan todas las cosas, puede fluir libremente, y en ese fluir es que aparece la naturaleza solar.
Metafísicamente el Sol es el símbolo de nuestro espíritu individual, y del mismo modo en que los planetas giran alrededor del sol, nuestras facultades conscientes empiezan a girar en torno a nuestro espíritu interno, que es el palacio del silencio interior, donde germinan nuestros deseos mas profundos, que en su esencia última, son la expresión de nuestra necesidad trascendente.
Por eso es mejor llamarla un arte solar a esta antigua disciplina, porque en el Sol se expresa mejor el significado filosófico de este arte. Porque el Sol es el símbolo de la vida y de la muerte; y en su luz, su calor y su unidad están cifrados las tres claves fundamentales del ser humano. La luz es el conocimiento, el calor, el amor y su unidad es la columna de la voluntad, que es el motor ultérrimo de toda la creación.
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