por Zedekiel y Azrael
Dhammapada
Consejos Del Buddha
Capítulo XVII
Manifestando Ira
El Ser humano no se debería dejar envolver por la ira; que se cuide del propio orgullo, que se cuide de tomar por cierto el maquillaje que sus máscaras ofrecen al mundo. El nombre y la forma agradable son disfraces temporales que no denotan particularidad a la esencia; sólo la nada posee, y ni siquiera eso.
El propio contenido de ira no debería manipular el Sentido de vida. El Sentido de vida, sólo debería ser conducido, desde la interna necesidad.
En el Ser humano el amor hace que, sabiamente, la ira no exista; lo incorrecto no hace pie en lo correcto; el altruismo hace que el egoísmo ya no sea necesario, dejando fluir la verdad que anida en su corazón.
Sosteniendo la verdad íntima, la ira no encontrará sostén; es bueno valerse del discernimiento al dar; así encontrarás el regocijo que estas actitudes despiertan en tu Ser interior.
Los Seres que se han encontrado a sí mismos, ya no desean herir la esencia de otros Seres y actúan en consecuencia. Han encontrado una ley más profunda en el Sentido.
Aquellos que siempre están atentos a la propia esencia y a sus necesidades, que tomen nota de ello. Esforzándose en mantener tal relación consciente, hacen que sus pasiones se esfumen como el humo en el viento.
Esta es una antigua costumbre: la responsabilidad de los acontecimientos siempre se la sitúa en el prójimo. Pocos se hacen cargo de las propias circunstancias, que ellos mismos han fabricado en su vida.
La crítica y la alabanza no son hechos perdurables. ¿Por qué tenerlos en cuenta? ¿Por qué sentirse tocado?
La crítica del mundo es un hecho temporal. La alabanza del mundo es un hecho temporal. El Ser consciente sólo debería cuidarse de sí mismo y, así, colaborará con el mundo.
Trata de manifestar lo necesario y de evitar lo innecesario, pero no olvides que ambos conllevan evolución.
Todo Ser es responsable de lo que dice. Todo Ser es responsable de lo que calla. Todo Ser es responsable.
Uno es responsable de lo que su mente haga; uno es el autor de la intención que manifiestan los hechos.
Uno es responsable de sus propias acciones; uno es responsable de lo que dice; uno es responsable de sus pensamientos. Es deseable estar atento a que las propias intenciones estén de acuerdo con la necesidad del Sentido interno, brindando así paz a la propia esencia.
El propio contenido de ira no debería manipular el Sentido de vida. El Sentido de vida, sólo debería ser conducido, desde la interna necesidad.
En el Ser humano el amor hace que, sabiamente, la ira no exista; lo incorrecto no hace pie en lo correcto; el altruismo hace que el egoísmo ya no sea necesario, dejando fluir la verdad que anida en su corazón.
Sosteniendo la verdad íntima, la ira no encontrará sostén; es bueno valerse del discernimiento al dar; así encontrarás el regocijo que estas actitudes despiertan en tu Ser interior.
Los Seres que se han encontrado a sí mismos, ya no desean herir la esencia de otros Seres y actúan en consecuencia. Han encontrado una ley más profunda en el Sentido.
Aquellos que siempre están atentos a la propia esencia y a sus necesidades, que tomen nota de ello. Esforzándose en mantener tal relación consciente, hacen que sus pasiones se esfumen como el humo en el viento.
Esta es una antigua costumbre: la responsabilidad de los acontecimientos siempre se la sitúa en el prójimo. Pocos se hacen cargo de las propias circunstancias, que ellos mismos han fabricado en su vida.
La crítica y la alabanza no son hechos perdurables. ¿Por qué tenerlos en cuenta? ¿Por qué sentirse tocado?
La crítica del mundo es un hecho temporal. La alabanza del mundo es un hecho temporal. El Ser consciente sólo debería cuidarse de sí mismo y, así, colaborará con el mundo.
Trata de manifestar lo necesario y de evitar lo innecesario, pero no olvides que ambos conllevan evolución.
Todo Ser es responsable de lo que dice. Todo Ser es responsable de lo que calla. Todo Ser es responsable.
Uno es responsable de lo que su mente haga; uno es el autor de la intención que manifiestan los hechos.
Uno es responsable de sus propias acciones; uno es responsable de lo que dice; uno es responsable de sus pensamientos. Es deseable estar atento a que las propias intenciones estén de acuerdo con la necesidad del Sentido interno, brindando así paz a la propia esencia.
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