por Zedekiel y Azrael
Dhammapada
Consejos Del Buddha
Capítulo XVI
Lo Vano
Aquellos que viven en lo vano, sin discernir una realidad más profunda, aferrándose a placeres temporales o celestes, sólo van por el camino largo en busca de la bienaventuranza.
La causa del placer o el displacer, es el apego a los resultados de las acciones, siendo esto un aprendizaje necesario.
Manifestación de lo real, es el amor desapegado que no crea lazos de dolor entre los Seres y que conduce a la comprensión de una realidad mayor.
Del lazo del apego proviene lo amargo, del lazo del apego proviene el miedo a perderlo; aquel que está libre del placer apegado, no hay dónde la amargura y el miedo encuentren cómo dañarlo.
Del afecto proviene la amargura, del afecto proviene el temor; aquel que está libre de afecto con apego es porque está establecido en el sitial del amor trascendente, que a todo contiene y es contenido.
De las relaciones humanas superfluas, proviene la pérdida de contenido esencial.
Aquel que vive en el amor posesivo, verá que su fruto es el miedo y la amargura; en el amor no posesivo, se encuentra la clave del amor.
La avaricia también es causa de amargura y temor, sólo el dar con discernimiento nos libera y produce el vacío necesario, para retomar la búsqueda de la plenitud.
Habiendo encontrado la inteligencia para hallar lo necesario, lo justo, lo verdadero, haciendo lo correspondiente; es que ese Ser se ha encontrado a sí mismo y se ha hecho comprensivo ante los demás.
Aquel que ha encontrado su objetivo de vida, consultando en lo profundo de su Ser, con total honestidad, cuya mente no logra perturbarlo, ni los apegos confundirlo, ha logrado encauzar un sentido profundo desafiando a la corriente y, sin dudar, se dirige hacia su origen.
Así como la familia, los amigos y la esposa reciben con júbilo, a aquel que ha marchado en cumplimiento del deber necesario, para con todos,
De semejante forma, el resultado de las obras necesarias, recibe a aquel que ha hecho lo justo, y así, él parte de este mundo sin deuda y sin apremios.
La causa del placer o el displacer, es el apego a los resultados de las acciones, siendo esto un aprendizaje necesario.
Manifestación de lo real, es el amor desapegado que no crea lazos de dolor entre los Seres y que conduce a la comprensión de una realidad mayor.
Del lazo del apego proviene lo amargo, del lazo del apego proviene el miedo a perderlo; aquel que está libre del placer apegado, no hay dónde la amargura y el miedo encuentren cómo dañarlo.
Del afecto proviene la amargura, del afecto proviene el temor; aquel que está libre de afecto con apego es porque está establecido en el sitial del amor trascendente, que a todo contiene y es contenido.
De las relaciones humanas superfluas, proviene la pérdida de contenido esencial.
Aquel que vive en el amor posesivo, verá que su fruto es el miedo y la amargura; en el amor no posesivo, se encuentra la clave del amor.
La avaricia también es causa de amargura y temor, sólo el dar con discernimiento nos libera y produce el vacío necesario, para retomar la búsqueda de la plenitud.
Habiendo encontrado la inteligencia para hallar lo necesario, lo justo, lo verdadero, haciendo lo correspondiente; es que ese Ser se ha encontrado a sí mismo y se ha hecho comprensivo ante los demás.
Aquel que ha encontrado su objetivo de vida, consultando en lo profundo de su Ser, con total honestidad, cuya mente no logra perturbarlo, ni los apegos confundirlo, ha logrado encauzar un sentido profundo desafiando a la corriente y, sin dudar, se dirige hacia su origen.
Así como la familia, los amigos y la esposa reciben con júbilo, a aquel que ha marchado en cumplimiento del deber necesario, para con todos,
De semejante forma, el resultado de las obras necesarias, recibe a aquel que ha hecho lo justo, y así, él parte de este mundo sin deuda y sin apremios.
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