por Damián
Tai Chi Chuan
Los Tres Cielos
(2da parte)
De los tres momentos en que se divide la forma del Tai Chi Chuan, la Tierra, es el nivel más bajo, y halla su correspondencia en el cuerpo en un punto situado tres dedos debajo del ombligo. Está en relación con todos aquellos procesos biológicos que nos emparentan con el resto de los mamíferos; es decir: la alimentación, el descanso y la reproducción sexual. El nivel de Humanidad, tiene su correspondencia corporal en el plexo cardíaco y está en relación con lo cultural: el arte, la ciencia y la política básicamente, con todas sus virtudes y sus defectos. Es lo propiamente humano, las actividades que nos diferencian del resto de los animales. Y por último, el nivel Celeste, tiene su correspondencia en la frente, y esta vinculado con todo aquello que excede las creaciones humanas. Es nuestra parte divina que nos conecta con la Eternidad.
Una primera cosa para destacar es la correspondencia corporal de estos tres niveles. La Tierra en la base de la columna, la Humanidad en el centro, y el Cielo en la parte superior de la columna. Esto expresa el ascenso que implica la realización de la forma del Tai Chi Chuan. Comenzamos por la Tierra y terminamos en el Cielo. Estas tres estancias son niveles de consciencia internos. Y el objetivo es ir despertándolos gradualmente. Pero surgen algunos problemas al encarar este trabajo. Y es justamente aquí, donde surge la dramaticidad del Tai Chi Chuan. Hay una historia que se cuenta en cada práctica, una historia que habla del retorno del ser humano a su fuente primigenia de vida.
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