por Damián
Tai Chi Chuan
Los Tres Calderos
-¿Por qué son tres las partes de la forma de Tai Chi Chuan y no otro número?
-Son tres, respondió el instructor, porque son tres los niveles de realidad en el universo e igualmente son tres los niveles de conciencia del Ser humano.
-Lo material, lo inmaterial y la energía de interconexión.
-Exactamente, usted preguntó algo que ya sabía.
-Sí, pero igual no me queda claro, por ejemplo, cuál es la relación entre los tres niveles de realidad y los tres niveles de conciencia humanos.
- Bien, continuó, es una relación en espejo que se da entre la tierra, el Ser humano y el cielo, con los tres Tan Tien del ser humano. La ubicación de los tres Tan Tien o los tres calderos en el ser humano es: caldero inferior a tres dedos por debajo del ombligo, caldero medio en el plexo cardíaco y caldero superior en la frente. El primero se corresponde a la Tierra, el segundo al Ser humano, y el tercero al Cielo. El camino de crecimiento espiritual de cada uno está en relación con estos tres calderos, en cuanto a que, en la medida en que nuestra conciencia se va expandiendo a la realidad celeste, se desarrolla en nuestro Ser un ascenso del caldero inferior hacia el medio, hasta llegar al nivel de conciencia superior, que es cuando el Ser entra en contacto con la realidad divina.
-¿Y cómo hay que hacer para llegar a ese nivel?, preguntó mi compañero
-Practicar.
-Pero lo que yo pregunto es, ¿Cómo me doy cuenta yo que llegué a ese nivel celestial?
-Digamos que uno nota la misma diferencia que puede haber entre el barro y el oro. Se nota. De todas formas algo que puede decirse es que los niveles de conciencia tienen que ver con un nivel de identificación entre el individuo y el universo. Es decir, en cada caldero, hay preguntas centrales que deben ser respondidas para poder ascender al próximo nivel de conciencia. En el primer caldero la pregunta tiene que ver con el ¿Quién soy? Hasta que esa pregunta no sea respondida yo no puedo acceder al próximo nivel, porque es una realidad invisible y no desarrollé las herramientas para entender y accionar en ese nuevo nivel de responsabilidad. Puede llevar mucho tiempo y poco tiempo, pero sea como sea, es la llave de acceso al próximo nivel de conciencia, que me llevará a conectarme con una realidad más humana dentro del cosmos. Una vez que pude responder al ¿Quién soy? y esté en el caldero medio la pregunta portal que me permitirá acceder al próximo nivel es ¿Para qué soy? El razonamiento es el siguiente: primero descubro quién soy yo, y luego qué es lo que debo hacer en este lapso de vida sobre el planeta Tierra. Una vez que descubrí esto estoy en condiciones de decir que alcance el nivel de conciencia superior. Lo cual dicho así no parece gran cosa, pero en la realidad concreta no es nada fácil.
Quedamos un rato en silencio. Luego el instructor siguió diciendo algunas cosas más tratando de aclarar estos tres niveles. Entonces pregunté:
-¿Y hay más niveles de conciencia? Digamos un cuarto nivel de conciencia…
-La respuesta es sí, pero por el momento con estos tres niveles de conciencia alcanza y sobra. Cuando usted alcance al nivel consciente de tercer caldero, no va hacer falta que me pregunte eso porque usted mismo ya sabrá la respuesta.
Como siempre las clases terminaban de forma críptica, pero con el tiempo me fui dando cuenta de que no podía ser de otra forma. Las verdades del cielo, en la tierra parecen enigmas, pero en realidad lo que sucede es que son tan simples que, al llegar al mundo de lo diverso, cuesta entenderlas justamente a causa de su simplicidad. Ya casi termina el año, si puedo aprender la forma antes de las vacaciones sería una buena forma de empezar el año que viene.
Un paso lleva al otro y aunque puede pasar toda una vida no desesperemos pues el camino recorrido es lo que nos da valor como seres espirituales en esta Tierra.
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