por Azrael
Ojos Turbados
Amor de mi alma, amor divino,
Ya no desangres a mi pobre corazón,
Que te ama tanto que no puede comprender
Tu gran engaño, tu amarga traición.
Me estás matando lentamente con tu olvido;
Ya no resisto este dolor, ten compasión;
¿No ves mis lágrimas corriendo por mi cara?
¿No ves qué triste quedó mi corazón?
Mi gran amor, me estoy muriendo en vida;
Me falta el aire desde que tú no estás;
Ya ni siquiera el sol entra en mis ojos,
Que están turbados de tanto padecer.
Ya no me quieres, eso quedó bien claro,
Pero, así y todo, yo te sigo queriendo;
Esperaré a que vuelvas conmigo
Y, allá en el cielo, yo te estaré esperando.
Mi gran amor, me estoy muriendo en vida;
Me falta el aire desde que tú no estás;
Ya ni siquiera el sol entra en mis ojos,
Que están turbados de tanto padecer.
Señuelo
Que salga a la batalla
quien no quiera luchar:
suenan los cascabeles,
listos para picar.
Viene la topadora,
empiecen a rezar;
se acerca la serpiente,
¿adónde correrán?
Es hora de que empiecen,
y empiecen a pensar
en las falsas promesas
que ahora huelen muy mal.
Combatan por su vida,
no piensen en flaquear;
los usan de señuelo,
su sangre agitarán.
Es hora de que empiecen,
y empiecen a pensar
en las falsas promesas
que ahora huelen muy mal.
Viene la topadora,
empiecen a rezar;
se acerca la serpiente,
¿adónde correrán?