Texto e imagen por: Lucrecio

El séptimo rayo es el del Yoga, y está ubicado en el centro de la estrella porque es el principio y la síntesis de todos los anteriores. Quienes fluyen en este rayo también lo hacen en los anteriores, de modo que su expansión consciente tiene un alto grado de divinidad. Para ellos no hay diferencia entre la política, la ciencia, el arte, la filosofía, la religión y el misticismo, porque comprenden de forma simple y práctica, que todas estas manifestaciones provienen de una fuente común y trascendente. Cada acto, es un acto divino y terreno. Para ellos, todo existe y todo tiene conciencia de que existe, por ello es que pueden comunicarse con las plantas, las piedras y todos los seres que habitan en el universo.
La humanidad actual, si bien se manifiesta socialmente en estos siete modos de la conciencia, esto no significa que quién esté en un rayo no pueda estar en el otro. Como en otros órdenes de la existencia, los matices son infinitos. Todos los rayos se manifiestan en una persona, pero uno prepondera más que los otros. También puede ser que predominen dos o tres, o cuatro quizás. Debido a esto es que en el símbolo de la estrella de seis puntas hay senderos de comunicación entre los vértices, ya que gracias a estos podemos entender los diferentes gradientes que experimentan los rayos al concretarse en el plano social.
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