No Hay Modo
Quizá, tal vez, no me veas tal como soy
Quizá, también, me comporte un poco extraño
Pero es que, tan enamorado como estoy,
Una hora sin vos parece un año.
Yo soy tan tímido que parezco que estoy loco
Cuando me pongo a hablar con todo el mundo
Y, aunque en realidad yo hablo muy poco,
Es innegable que este amor es muy rotundo.
En el amor, como en la guerra, vale todo
Sin ir más lejos, es lo que algunos admiran
Pues, por supuesto, cuando se es tímido no hay modo
De resistirse si tus ojitos me miran.
Quizá, tal vez, no me veas tal como soy
Quizá, también, me comporte un poco extraño
Pero es que, tan enamorado como estoy,
Una hora sin vos parece un año.
Yo soy tan tímido que parezco que estoy loco
Cuando me pongo a hablar con todo el mundo
Y, aunque en realidad yo hablo muy poco,
Es innegable que este amor es muy rotundo.
En el amor, como en la guerra, vale todo
Sin ir más lejos, es lo que algunos admiran
Pues, por supuesto, cuando se es tímido no hay modo
De resistirse si tus ojitos me miran.
Si El Amor Está De Duelo
Yo me creía el hombre más dichoso
De todos cuantos poblaban este suelo;
Yo no sabía cuán triste y doloroso
Era vivir si el amor está de duelo.
En mi camino cruzóse un día el destino
Con joyas, miles, tesoros y promesas,
Y yo confiando, seguro, en mi buen tino,
Lo fui siguiendo, rondando sus riquezas.
Yo me aparté de mi camino original
Porque el destino me cegó con sus tesoros;
De ese cruel sino fui esclavo hasta el final:
Mi libertad compróme con su oro.
Cuando, al final, dejé de ser tan ciego,
Volví a la senda que un día yo había dejado
Y con mi llanto simulé el bendito riego
Que por la tierra uno pide esperanzado.
Mi llanto amargo brotó porque tu vida
No resistió de mi abandono el desconsuelo;
Mas te llevaste, a pesar de mi partida,
Contra tu pecho mi foto para el cielo.
Yo me creía el hombre más dichoso
De todos cuantos poblaban este suelo;
Yo no sabía cuán triste y doloroso
Era vivir si el amor está de duelo.
En mi camino cruzóse un día el destino
Con joyas, miles, tesoros y promesas,
Y yo confiando, seguro, en mi buen tino,
Lo fui siguiendo, rondando sus riquezas.
Yo me aparté de mi camino original
Porque el destino me cegó con sus tesoros;
De ese cruel sino fui esclavo hasta el final:
Mi libertad compróme con su oro.
Cuando, al final, dejé de ser tan ciego,
Volví a la senda que un día yo había dejado
Y con mi llanto simulé el bendito riego
Que por la tierra uno pide esperanzado.
Mi llanto amargo brotó porque tu vida
No resistió de mi abandono el desconsuelo;
Mas te llevaste, a pesar de mi partida,
Contra tu pecho mi foto para el cielo.
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