Cartas: "El Amor"

por Uriel

“Poemas y Cartas de Amor Sabiduría
Para una Justa Orientación en la Vida”

3ra. Carta:
“El Amor”

(A Mi Amado Hijo Alan)

(extraído del libro "Desde Lo Oculto", Título II: "A Mis Hijos")

Amado hijo. Cada vez que veo el calendario y el andar de las agujas del reloj veo cómo pasan las horas del tiempo y noto que buena parte de mi vida ha pasado…
Pareciera que fue ayer cuando ingresaste a Jardín de Infantes y dentro de poco cumplirás los 18 años. ¡Qué bello! ¡Qué alegría me da! ¡Qué hermosos días!, ¿verdad?...
Que hermosos días te esperan. Puede ser que estén llenos de sol, de vida, de dicha, de risas, llantos, tristezas y alegrías; pero a todo ello ponle siempre Amor.
El amor es el más bello de los sentimientos que poseen el ser humano y la humanidad.
El Amor es ternura; el Amor es delicadeza, el amor no es sombrío, aunque muchas veces parezca lo contrario, el amor es la sal de la vida, porque con amor, conocimiento y sabiduría se puede conquistar todo.
El amor vence y derriba las fronteras, la del odio, la de nuestros propios miedos y los de aquellos que nos quieren invadir o imponer su orden. Por eso el amor es ciego y no conoce la envidia.
El amor es la verdad vestida de sinceridad, honestidad, responsabilidad y confianza.
Es pasión, es fuego, es aire, es agua, es tierra. Es etéreo y sutil. Tiene esencia y contenido; y jamás mira con altivez cunado tiene que decir la verdad.
El amor no es una cosa oculta ni obra ocultamente; es leal, es fiel, sincero y se entrega ciego a la confianza.
El amor es perenne como la hierba que jamás muere; sólo se pierde por momentos a lo largo de la eternidad, pero siempre vuelve a buscarte, y a encontrarte; te mira de frente, a los ojos y te dice: “Vamos,… ven,… aquí estoy,… te amo… nos vamos”…
El amor es así, nunca te abandona, ama siempre en la buenas y en las malas. Sólo el amor egoísta ama por interés, por orgullo, por vanidad, por algo que no tiene o dejó de tener o que jamás tuvo.
Cuando se vuelve egoísta, es destructivo y se aprovecha de las malas situaciones ajenas, de la desdicha y la soledad de los otros. No tiene, ni conoce consecuencias, lastima  y hiere hondo en lo profundo del espíritu del Ser. Se muestra gracioso y , juguetón, es un maestro de la mentira y un gran seductor. Nunca se juega por nada, o mejor dicho, se juega por él mismo, traicionando sus propios principios y el de los demás; enredando a su presa con sus falsos encantos.
El amor egoísta es frío, calculador, un mal perdedor. Es necio, despiadado y fingido, sólo trata de satisfacerse a sí mismo.
Por eso, hijo mío, confía siempre en tu ser interior, en tu sentido interno, en eso que te brinda tranquilidad y paz en tu corazón y que, en un rincón del alma, debes proteger sin caer en la trampa de lo estólido y fingido.
El verdadero amor es el que ama por dentro y por fuera, tal cual como sos, con o sin dinero, con pocas o muchas posesiones. En ti estará la habilidad para distinguir uno del otro y la diferencia entre ambos.
El verdadero amor es aquel que, no te abandona, se juega y se entrega por una “Justa Causa”.
El amor está en todo lo que tengas, mucho o poco, en tu fuerza de voluntad, y en tu iniciativa para hacer las cosas. El amor está en ti mismo, descúbrelo y entrégalo a quienes te amen de verdad.