por Zedekiel
Viento
Inesperado tema el que hoy nos ocupa.
Cuando caminamos el viento puede acariciar nuestro cuerpo, acompañándonos.
Si nos movemos a su ritmo y dirección, tenemos la sensación como si hubiese desaparecido. Si nos detenemos, se hace presente con más fuerza.
Muchas veces el sentido de nuestras vidas se presenta como, el viento, si estamos orientados, la suavidad y la calma nos acompaña. Si perdemos el rumbo, todo se agita desde nuestro interior y en el alrededor.
Tal vez nuestro sentido y el viento tengan un lenguaje en común, dispuesto a ser reconocido, por aquel que esté necesitado de la propuesta que ambos señalan.
Cuando caminamos el viento puede acariciar nuestro cuerpo, acompañándonos.
Si nos movemos a su ritmo y dirección, tenemos la sensación como si hubiese desaparecido. Si nos detenemos, se hace presente con más fuerza.
Muchas veces el sentido de nuestras vidas se presenta como, el viento, si estamos orientados, la suavidad y la calma nos acompaña. Si perdemos el rumbo, todo se agita desde nuestro interior y en el alrededor.
Tal vez nuestro sentido y el viento tengan un lenguaje en común, dispuesto a ser reconocido, por aquel que esté necesitado de la propuesta que ambos señalan.
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