Por Uriel
El Infierno, La Soledad y Él
La realidad y la fantasía
se entremezclan.
Con lo que fue, es y quiere ser.
De forma profunda y austera a la vez.
La mente, en varias ocasiones,
Se retrotrae en el tiempo;
haciéndole cargo
por la falta de responsabilidad.
Lo hacen dudar, de todos,
de cada una de sus decisiones,
hasta un grado tormentoso,
sumiéndolo en el infierno,
de esta nueva y cruda realidad
que lo abarca y abruma...
Quedándole como única salida
la de refugiarse en su propia soledad.
¡Refugio sagrado!
Hasta que aparecen los nuevos
nubarrones del otoño;
Anunciando un invierno inverosímil y cruel.
Comprendiendo, así, pues,
Que la soledad
es sólo un refugio momentáneo…
Para reencontrarse con el mismo…
Para Ser el mismo.
En el fondo de su conciencia,
todo es dolor y tristeza,
sólo ríe en contadas ocasiones.
Cuando su yo grita desaforadamente, sin porqué,
son las causas de su infierno
que lo asedian y la vida en soledad,
sólo le muestran el camino, para Ser…
Para Ser él mismo.
Aunque le duela…
Aunque muera en cada noche,
Y nazca en cada amanecer.
Es siempre él , un yo soy…
Aunque no se de cuenta…
Aunque llore…
Aunque insulte…
Aunque su sonrisa sea triste…
Es él… Eso es ¡Ser!...
Y su yo está en su sangre…
En sus manos, en lo que piensa y hace…
En lo que siente y percibe…
En todo el amor que aún posee,
Y que todavía puede brindar.
La realidad y la fantasía
se entremezclan.
Con lo que fue, es y quiere ser.
De forma profunda y austera a la vez.
La mente, en varias ocasiones,
Se retrotrae en el tiempo;
haciéndole cargo
por la falta de responsabilidad.
Lo hacen dudar, de todos,
de cada una de sus decisiones,
hasta un grado tormentoso,
sumiéndolo en el infierno,
de esta nueva y cruda realidad
que lo abarca y abruma...
Quedándole como única salida
la de refugiarse en su propia soledad.
¡Refugio sagrado!
Hasta que aparecen los nuevos
nubarrones del otoño;
Anunciando un invierno inverosímil y cruel.
Comprendiendo, así, pues,
Que la soledad
es sólo un refugio momentáneo…
Para reencontrarse con el mismo…
Para Ser el mismo.
En el fondo de su conciencia,
todo es dolor y tristeza,
sólo ríe en contadas ocasiones.
Cuando su yo grita desaforadamente, sin porqué,
son las causas de su infierno
que lo asedian y la vida en soledad,
sólo le muestran el camino, para Ser…
Para Ser él mismo.
Aunque le duela…
Aunque muera en cada noche,
Y nazca en cada amanecer.
Es siempre él , un yo soy…
Aunque no se de cuenta…
Aunque llore…
Aunque insulte…
Aunque su sonrisa sea triste…
Es él… Eso es ¡Ser!...
Y su yo está en su sangre…
En sus manos, en lo que piensa y hace…
En lo que siente y percibe…
En todo el amor que aún posee,
Y que todavía puede brindar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario es apreciado. Muchas gracias.