por Uriel
La Suma De Todos Los Miedos
Entonces ud. se preguntará ¿con qué o mejor dicho con quién tiene que ver? Tiene que ver con ud. mismo, con nosotros mismos; con todo aquello que a diario nos sucede y que fuese lo que fuese, siempre lo dejamos para resolver “después, más tarde u otro día y momento”.
Tiene que ver, también, con los problemas y disyuntivas que llevamos en nuestros espíritus y en nuestras almas; tiene que ver con la falta de responsabilidad, de orden y con el exceso de “comodidad” con nosotros mismos y sobre todo cuando decimos que “hacemos y no hacemos”. Tiene que ver con nuestros silencios y con la penumbra que proyecta nuestro “Ser Consciente”, ante la falta de madurez espiritual.
Entonces muy lenta, pero, a la vez rápidamente, como el segundero del reloj, nuestras dudas se convierten en disyuntivas y éstas, en problemas sin resolver; a su vez, estos en conjunto, en miedos, temores y pánicos. ¡Si! En miedos que día a día se van convirtiendo en malos descansos, en pesadillas, enfermedades físicas, psíquicas, mentales y espirituales. Es allí cuando nuestra mente se convierte en nuestro peor enemigo, en aquél que no queremos enfrentar nunca, ¿por qué?, porque siempre nos dice “¡está todo bien”! Ella conoce todas y cada una de nuestras debilidades y se las arregla para confundirnos y hacernos creer que “todo marcha” sobre ruedas. Pero no es así, mi estimado lector; ella aumenta nuestros miedos, temores y fobias a tal punto de enloquecernos y cuando logra su objetivo, nos hace estallar como una bomba nuclear.
A esto me refiero con “La Suma De Todos Los Miedos”. A la falta de juicio y discernimiento; a la falta de equilibrio en no ser tan misericordiosos; a la falta en que algún día comenzar a enfrentar nuestras debilidades y a su vez muchas otras cosas…
Sí, tiene razón señor lector, es a través de nuestra personalidad por donde afloran todos esos “miedos”, pero, ¿por qué?, porque nuestro espíritu está enfermo y nos está pidiendo a gritos ¡socorro!...
Entonces, enfrentemos en la medida de lo posible, lo más que podamos, ud. y todos nosotros, nuestros miedos; para que sean “La Suma De Todos Los Miedos” y no estallen en nuestro Ser Conciencia como una bomba nuclear.
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